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Rajoy pide "tranquilidad" para negociar su única carta: la abstención socialista - Télam - Agencia Nacional de Noticias

28/06/2016 España

Rajoy pide "tranquilidad" para negociar su única carta: la abstención socialista

La victoria reforzada del PP en las elecciones del domingo dejó al conservador Mariano Rajoy como único candidato con posibilidades de ser elegido al frente del Ejecutivo español, aunque éstas se agotan si el PSOE mantiene su veto.

Pasaron 48 horas desde que los españoles recurrieron a las urnas por segunda vez en seis meses para poner fin al bloqueo político en el que se encuentran y, aunque el tablero político se movió un poco, España continúa en un callejón sin salida. 


Rajoy, presidente del gobierno en funciones y líder del PP, volvió a reivindicar este martes su "derecho gobernar" después de ser el más votado y haber sacado una ventaja de 52 escaños al segundo, el PSOE de Pedro Sánchez, quien tiene opciones matemáticas pero políticamente imposibles de optar a La Moncloa. 

"Todo el mundo debe tranquilizarse, los partidos tenemos que hablar", dijo Rajoy desde Bruselas, adonde viajó para participar de una cumbre europea sobre el Brexit, tras ser preguntado por el veto que mantiene el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, a un gobierno presidido por él. 

"Yo no voy a entrar en debates ni en disputas; las conversaciones sobre estas negociaciones se deben llevar sin presión y sin estar constantemente radiándolas en los medios de comunicación", remarcó, enviándole un mensaje al dirigente liberal, que también se encontraba en la capital de Bélgica. 

A pesar de haber pasado de 123 a 137 escaños, el PP sigue estando lejos de la mayoría absoluta de 176 diputados del Parlamento, por lo que para ser elegido en primera votación necesita apoyos para superar esa barrera o, en segunda, obtener más votos a favor que en contra. 

Rivera, que quedó cuarto en las elecciones, quiere que sus 32 diputados resulten decisivos en el futuro de España, de ahí que el lunes por la noche mismo llamó a Rajoy y Sánchez (cuyo PSOE sacó 85 diputados) para proponer una mesa entre PP, PSOE y Ciudadanos para negociar un gobierno "constitucionalistas, estable, y de consenso". 

Sin embargo, el dirigente naranja fue ninguneado. El jefe del Ejecutivo le dijo que sería él quien abriría las negociaciones en los próximos días, y el PSOE que también le corresponde a Rajoy la iniciativa. 

Después de rechazar oficialmente el lunes la nueva oferta de Rajoy de formar una "gran coalición", los socialista dijeron que no se abstendrán para permitir que el dirigente conservador siga en el poder. 

Tras el veredicto de las urnas, Sánchez no aclaró cuál sería su postura más allá de que pondría sus escaños a favor del cambio, pero tampoco se atrevió a insinuar que intentaría formar un gobierno alternativo al PP. 

Desde entonces, el candidato del PSOE no volvió a comparecer, aunque los dirigentes de su partido que lo hicieron intentaron trasladar la presión a Rajoy, afirmando que es quien debe moverse y buscar los apoyos para formar gobierno. 

El presidente en funciones reiteró que quieren empezar su ronda de contactos con Sánchez a su regreso de Bruselas. Por su parte, el PSOE dice que se sentará a hablar con él, pero antes le recomienda a Rajoy "que llame a sus afines ideológicos" porque "será más fácil", ya que el PSOE no se va a sumar ni se va a abstener", según insistió este martes Antonio Hernando, portavoz socialista. 

Rajoy, Rivera y Sánchez, coincidieron en Bruselas pero no hubo ningún tipo de diálogo entre ellos más allá del cruce de declaraciones entre los dos primeros. 

"Si el (próximo) gobierno es continuista, si sigue el señor Rajoy al frente, el señor (ministro del Interior, Jorge) Fernández Díaz, y el señor (ministro de Hacienda, Cristóbal) Montoro, nosotros estaremos en la oposición", dijo Rivera al llegar a la capital belga para una reunión del grupo de los liberales europeos. 

El dirigente reiteró que su partido no es necesario para que gobierne Rajoy, ya que depende de la abstención de los socialistas, y está en lo cierto. 

Todas las opciones de Rajoy pasan por el PSOE. El líder del PP podría conseguir la investidura sólo con sus diputados o con el apoyo de Ciudadanos (169) solo si el PSOE lo facilita, previendo el voto contrario de Unidos Podemos (71) y los independentistas catalanes y vascos (24). 

Es más, cuando el PSOE habla de que Rajoy debe buscar una opción sin los socialistas se refiere a que podría negociar el respaldo de Ciudadanos, el Partido Nacionalista Vasco (5) y Coalición Canaria (1), pero aún así se quedaría a un escaño de la mayoría absoluta y en segunda votación necesitaría una abstención y, otra vez sólo se la puede dar el PSOE. 

Algo que parece actualmente mucho más difícil es que Rajoy consiga la investidura en primera votación porque tiene que lograr o un gobierno de gran coalición sólo con el PSOE (222 diputados) o con PSOE y Ciudadanos (254). Con el apoyo del partido naranja solo no le alcanzaría. 

"Si otros partidos no quieren sumarse a una gran coalición, que dejen gobernar a los que han ganado"."Ir a próximas elecciones como consecuencia de la cerrazón de alguien sería un disparate que no íbamos a olvidar en España en muchísimos años", advirtió Rajoy. 

Ni Sánchez ni Pablo Iglesias, el candidato de Unidos Podemos, hablan ahora de intentar un gobierno progresista porque los números no le dan, de ahí que los analistas coinciden en que lo más probable, si no hay unas terceras elecciones, es que Rajoy termine formando gobierno, aunque será débil. 

"Está claro que el país ha girado a la derecha, y que es difícil una fórmula alternativa al PP", asegura a Télam el politólogo Pablo Simon, de la revista Politikon. 

"El PSOE, Podemos e Izquierda Unida tenían 900.000 votos más que el PP y Ciudadanos el 20 de diciembre, y ahora la derecha tiene 500.000 votos más que la suma de PSOE y Unidos Podemos", destaca, por lo que es prácticamente imposible un gobierno progresista. 

"Las elecciones han cambiado relativamente pocas cosas. Los dos grandes partidos siguen relativamente mal: el PSOE se salvó de la expectativa que había con Unidos Podemos, el PP solo recuperó una sexta parte de los votos que perdió en diciembre y Ciudadanos comienza a desinflarse. 

"Sin duda gobernará el PP, pero desde una situación muy precaria", remarca, por su parte, el analista político Josep Ramoneda.